Nada mejor que concluir el Día del Señor en oración delante del Santísimo Sacramento, en esta ocasión en la capilla del convento de las Siervas de María Ministras de los enfermos que en horas de la tarde nos abrieron sus puertas.

Una vez concluido el rezo de vísperas delante de Jesús Eucarístico fue el momento para compartir un pequeño refrigerio y un poco de la historia de la Congregación, tanto de sus orígenes y fundadores como de su presencia en Cuba desde finales del siglo XIX.

Gracias, hermanas, por la acogida y su oración por cada uno de nosotros. Que Santa Soledad Torres Acosta siga intercediendo por ustedes.

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